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Preocupación en el sector por los accidentes mortales en talas
Tres personas fallecieron en la provincia en lo que va de año, y otra resultó herida de gravedad, a causa de aplastamientos de árboles durante la realización de tareas forestales de tala. De las víctimas, dos se encontraban dentro de su jornada laboral, mientras que una, la del pasado domingo en Cartelle, estaba recogiendo madera para su uso particular.
El número de accidentes en Galicia en este sector sigue aumentando en este 2019: ayer mismo, un operario resultaba herido en una pierna al caerle un árbol encima en el municipio coruñés de Paderne. En total, ya son cinco los fallecidos en la comunidad en lo que va de año, entre incidentes laborales y domésticos. La preocupación ante la sucesión de este tipo de accidentes aumenta entre el sector maderero, que recuerda la importancia de la prevención, así como los numerosos peligros que entrañan las prácticas forestales.
«Hai que diferenciar entre os accidentes laborais e os individuais, quérese dicir, os que teñen lugar fóra da actividade laboral», señala Héctor González, jefe del Equipo Técnico de Seguridad e Higiene del Instituto de Seguridade e Saúde Laboral de Galicia (Issga) de Ourense. El control por parte de organismos como el Issga se complica en los casos domésticos, ya que no es posible realizar seguimiento, ni tampoco una planificación de la actividad. «A fase da tala é a máis delicada dos traballos forestais, e o máis importante é planificar con seguridade e tratar de adiantarse aos imprevistos que poidan xurdir», explica González. Por ello, desde el año 2016, el Issga y la Federación Empresarial de Aserraderos y Rematantes de Madera de Galicia (Fearmaga) trabajan conjuntamente en fomentar la prevención entre los trabajadores.
Las medidas de seguridad pasan por realizar las tareas de tala en compañía de más personas -una de ellas, al menos, que controle el procedimiento-, respetar el radio de caída del árbol, realizar correctamente el corte según el tipo de especie, mantener las vías de salida de la finca despejadas, evitar apilar ejemplares ya talados, tener una aptitud médica correcta, hacer controles periódicos de la maquinaria (motosierra, procesadores…) o utilizar las más herramientas adecuadas para cada tipo de tronco, entre otras. «Neste sector hai moita incidencia grave, é semellante ao sector eléctrico», compara el jefe del Equipo Técnico de Seguridad del Issga.
Fuente: La Región
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